La docencia nos da la oportunidad de trascender a través de nuestros estudiantes, pero también que ellos trasciendan a través de nosotros. Es un proceso de aprendizaje bidireccional que implica preparación continua en beneficio de toda una sociedad.
Aprendemos que nuestros conocimientos son finitos y que equivocarse es parte de nuestra naturaleza, pero también que es nuestro compromiso con las nuevas generaciones lo que nos lleva a mejorar día a día.